lunes, 30 de marzo de 2015

“¡A mí no me hables así!” Como le puse un hasta aquí a mí mismo.

Imagina que estás en una cafetería tomando tu café y de repente, accidentalmente, lo derramas, y que la persona sentada a tu lado te dice: ¡ah qué torpe eres!

¿Cuál sería tu respuesta?

Imagina que estás en el tráfico y tu acompañante te dice algo así como : "¡que necio de tomar esta ruta! Siempre es lo mismo y te ha de tocar este tráfico".

¿Cómo te sentirías?

Ahora imagina que a un chico le bajan la calificación en el colegio por olvidar una tarea, ¿que pensarías si la mamá le dijera que es un tonto, que siempre es lo mismo?

¿Qué te parecen estas personas? ¿Odiosas, intransigentes, insensibles, mal educadas? ¿Algo peor? La mayoría de nosotros preferiríamos alejarnos de personas así. O tal vez darles un puñetazo en la cara, una patada en la entrepierna y llenarlo de maldiciones.

Ya escucho a las mamás en el caso del niño regañado: "¿qué le pasa a esa mujer? No es manera de hablarle a nadie, ¡menos a un niño pequeño,"

Y tienen razón.

Pero, ¿por qué te permites a ti mismo hablarte así?

¿Que no lo haces? ¿Estás segura? ¿Estás seguro?

La realidad es que todo el tiempo tenemos un diálogo interior y es muy curioso cómo diferentes personas reaccionan a las palabras y, aunque no lo creas, como te hablas a ti mismo tiene efectos muy importantes en tu actitud, en cómo te sientes y como te va.

De repente somos tan cuidadosos de no ofender a la persona que nos escucha. Por ejemplo, algunas personas tienen mucho cuidado de usar un “¿me expliqué?” en lugar de un “¿me entendiste?”, como si el preguntar si nos entendieron insinuara que de no ser así, quien nos escucha fuera tonto. Mientras que el “¿si me explique?” implica que una falla en la comunicación sería culpa nuestra, para NUNCA ofender a la persona con la que hablamos, preferimos insinuar que la falla es nuestra.

Por qué todo el tiempo nos estamos hablando a nosotros mismos. Todos tenemos esa voz interior que nos habla todo el tiempo, a la cual casi no prestamos atención. El diálogo interno existe, y no solo son palabras dando vueltas en nuestra cabeza. Lo que nos decimos tiene el poder de moldear nuestra realidad, nos guste o no. Nos percatemos o no. Y generalmente no nos percatamos.

¿Qué te parecería que cualquier persona le hablara a tu hijo dirigiéndose a él en el mismo tono en el que te hablas a ti mismo en tu voz interna?. Muy probablemente no te gustaría nada. ¿Le hablarías en ese tono a tu jefe, tu esposa o incluso un desconocido?

“Es un decir, no significa nada, en realidad me quiero y me respeto”

Somos más susceptibles a nuestras propias palabras de lo que creemos.

Los deportistas practican mucho la visualización, antes de un partido o competencia se hacen una imagen mental de ellos mismos anotando un gol, cruzando la meta en primer lugar, recibiendo un trofeo, etc. El principio es el mismo, si en tu voz interior dices que eres feo... ¿Cómo crees que te va a ver el mundo?

Como dice la famosa frase de Henry Ford:

"Ya sea que piensas que si puedes, o piensas que no puedes - tienes TODA la razón.

Es sorprendente como es más abierta y común la resistencia a la voz interior positiva que la aceptación de los efectos catastróficos de la negativa. Mucha gente piensa que el hablarse a sí mismo en un tono positivo es:

-Inútil
-Fatuo
-Engreído
-Pretencioso
-Irrealista
-Etc.

La realidad es otra muy distinta. Esto es como la dieta: no puedes comer alimentos sanos y comida chatarra en la misma comida y esperar los beneficios solo de la comida sana.

Mi petición, para ti, es que hagas un esfuerzo consciente de evitar el pensamiento negativo y haz que tu "yo interno" te hable en un tono positivo, alentador, siempre pro.

Muchos pequeños vicios y males parecen tan insignificantes pero que a la larga, poco a poco, tienen efectos devastadores. Si tu no crees que puedes, que eres y que lo mereces ¿quién más lo hará? Ese es tu trabajo y nadie lo va a hacer por ti. Ni tu jefe, ni tus amigos, ni tu pareja, vamos, ¡ni tu madre!

Se han escritos muchos libros, artículos, blogs y frases motivacionales sobre este tema. Existen seminarios, retiros, clases de yoga, rezos y cánticos para ayudarte o guiarte. Puedes hacer muchas cosas. Ya sabes cuál es la mejor ¿verdad? Por supuesto: la que a ti te funcione.

Probablemente pienses "¿qué?, ¿Ya, es todo?, ¿no me va a dar los 10 pasos para transformar el pensamiento negativo en positivo y asegurar el éxito y la felicidad en 15 días o te devuelvo tu dinero?".

¡Obvio no! ¡No me haz pagado nada! ¿Qué te voy a devolver? Pensándolo bien, si quieres pagarme hazlo ;)

Cada quien tiene sus motivos y gustos, y va a lugares diferentes.

Si aun así insistes, te dejo esta pieza de desarrollo personal apoyada en los últimos estudios en el campo de la psicología y del entendimiento del cerebro humano: http://youtu.be/4uJA3P99tKovideo

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