martes, 23 de diciembre de 2014

Zombis, Navidad y propósitos de año nuevo.

Hay dos tipos de fans de películas de Zombis, sin meterme a detalles exclusivos de los grandes conocedores te diré: están los que les gustan los zombis, disfrazarse, la sangre y demás aderezos. Pero por otro lado están los que son atraídos por la idea de un Apocalipsis Zombi que acabe con todas las estructuras, que acabe con las rutinas y obligaciones. Lo que mucha gente no ve, es que detrás de los muertos vivientes arrastrándose en busca de sesos, está una promesa de un nuevo mañana. Como decimos en Mexico “borrón y cuenta nueva”. Ese es el principal atractivo para muchos seguidores de historias de Zombis, eso y la idea de toparse con su jefe Zombi para poder volarle la cabeza sin represalias.

Pasa algo similar con el fin de año. El nuevo año es una promesa o una oportunidad de un “nuevo comienzo”.

Si te pones a pensar el año nuevo es simplemente una fecha conveniente. Nada más. No hay más magia de la que le queramos dar. Muchos estamos de vacaciones, filosofamos, reflexionamos. Y claro, nos entran los remordimientos: comemos en exceso PERO tenemos el propósito que en enero empieza la dieta. Y así el fin de año termina siendo una excusa. Todos hemos escuchado las historias de gente comprando ropa deportiva, aparatos para hacer ejercicio en casa o aquellos que se inscriben a un deportivo o gimnasio. Hasta el personal del gimnasio te dice “así es en enero, el próximo mes la mayoría de la gente deja de venir”.

Lo peor es Diciembre. Se estima que la gente come hasta 30% más de lo habitual en estas fechas. Y de beber ni hablamos. Así inicia el círculo vicioso de los propósitos de año nuevo:

1.       Excesos en Diciembre
2.       Remordimientos hacia fines de mes
3.       SUPER motivación para el nuevo año
4.       Nuevos propósitos
5.       Inicio con todo el entusiasmo en enero… después de Reyes está bien.
6.       El entusiasmo disminuye entre Febrero y Marzo
7.       Nos arrastramos de Abril a Noviembre
8.       ¡En Diciembre… ya viene año nuevo!

Parece un buen ejemplo de círculo vicioso. Y que se debe de hacer con los círculos viciosos? Primero romperlos y después, idealmente, convertirlos en círculos virtuosos.

Pero es TAN tentadora la idea de hacer propósitos de año nuevo! Hacer propósitos de año nuevo no está necesariamente mal. Si al hacerlos los metes al mismo círculo vicioso de cada año, ahí como que sí parece que habrá un problema. ¿Cuál es la diferencia este año? ¡Ah, ya sé!,  ¡Este año SI le vas a echar ganas!, ¡Ahora si te vamos a conocer!

¿Y que el año pasado no fue igual?, ¿Y el anterior?,  ¿Y el anterior?
De repente al ver hacia atrás como nos aferramos a esos círculos viciosos, ¿no te sientes como Zombi?

La definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez, esperando resultados diferentes.
-Albert Einstein

Evidentemente algo tiene que cambiar. Tú lo debes de cambiar porque, al menos yo, desde que se equivocaron los mayas en sus predicciones, prefiero hacerme cargo yo a esperar a que se alineen los astros para mí.

Como ferviente creyente del pensamiento holístico (el todo es siempre más que la suma de sus partes), creo que hacer propósitos es algo más que una lista de buenas intenciones. Una lista de deseos es tan estéril en año nuevo como en cualquier otra época si no lo hacemos de manera integral. Conste que dije INTEGRAL, nunca dije que sea la única manera o la única correcta.
La diferencia es como cuando haces la lista del supermercado versus seguir una receta de cocina. La lista del supermercado incluye de todo, desde lo que vas a necesitar de seguro y sabes en que las vas a usar. Pero también llevas cosas “por lo que se ofrezca”. A diferencia de una receta que te dice exactamente que necesitas, las cantidades y como las vas a emplear.

Considera esto como una lista del supermercado. Algunas cosas son como indispensables, otras, ya tú sabrás como y cuando utilizarlas. Pero es como en la lista, el tenerlas anotadas te ayuda a no olvidar y hasta te puede dar ideas:

1.       Una visión clara, es decir, sabes a dónde vas, sino, ya sabes seguro llegas a algún lugar y puede que no te guste.
2.       Objetivos. No demasiados, ni demasiado pretenciosos ni demasiado fáciles. Como cuando compras fruta, que te alcance pero que no se te vaya a echar a perder. Recuerda planear para cada faceta de tu vida así será más integral y te ira mejor.
3.       Paciencia, ingrediente interesante, recuerda no es lo mismo hornear a 150 grados por una hora que hornear a 300 grados por 30 minutos.
4.       Pasión. Tu plan de vida te debe de encantar, no dejes que te llegue la envidia al escuchar lo que otra persona está haciendo.
5.       Perseverancia, puedes pedirla en paquetes de 10,000 horas, nunca están demás.
6.       Preguntas, muchas, muchas preguntas. Recuerda de preguntarte a ti mismo, piensa en el futuro, en la consecuencia de tus actos, de tus decisiones y de lo rechazas o dejas de hacer.
7.       Fuerza de Voluntad y hábitos. Vieras lo útiles que son, es como tener una botella de vino en casa, si llegan visitas resulta útil, y si estas solo…también.



Así que este fin de año, cuídate del espíritu decembrino. Mejor dicho, para no sonar tan Grinch, cuidado del círculo vicioso de los propósitos de año nuevo. De repente son peores que los zombis.

martes, 2 de diciembre de 2014

Ponerse en los zapatos de los demás… ¡no, a mí no me gusta ir al boliche!

A mucha gente no le gusta ponerse en los zapatos de otros. O no les interesa. En el boliche, si uno sobrevive la experiencia de ponerse unos zapatos aun calientes, que no sabemos quién uso antes que nosotros, si libramos ese trance, el boliche es muy divertido. Y si te huelen los pies, al menos ese día tendrás un pretexto.

“Antes de criticar a alguien deberías de caminar una milla en sus zapatos. Así cuando lo critiques estarás a una milla de distancia de él…  y tendrás sus zapatos”

Pero si de lo que hablamos no es de boliche o de robar zapatos, entonces estamos hablando de empatía.
La empatía es una de esas cosas como donar dinero a una causa o como hablarle a tu madre: TODOS decimos que es importante, que todos debemos de hacerlo, que no hay razón por la cual no hacerlo… etc. 

Pero a la hora de la verdad, NADIE las hace. Normalmente el frapuccino light deslactosado llega justo antes del voluntario de la Cruz Roja; y el último programa de la noche no sé por qué siempre termina demasiado tarde como para llamarle a tu madre.

Queriendo o sin querer normalmente nunca consideramos la perspectiva de la persona de enfrente. Y cuando lo llegamos a hacer, normalmente es como en el chiste del egocéntrico: “pero ya no hablemos de mí, mejor Tú dime que piensas de mi”. Solemos preocuparnos mucho de lo que otros piensen de nosotros pero rara vez nos ponemos en los zapatos de la persona frente a nosotros.

Tengo el honor de liderar un equipo de ventas y es muy evidente que la gente más exitosa es aquella que hace preguntas encaminadas a descubrir con quien están tratando de hacer negocios. Y aplica en todo, no solo en ventas. En relaciones dentro de la empresa, con la pareja, con los hijos. Simplemente no nos ponemos en el lugar de la persona frente a nosotros.

Lo que para ti es entretenimiento para otro es pérdida de tiempo. Lo que para ti es fácil, para otro es muy difícil. Si esperas resultados en base a lo que una acción específica representa solo para ti, puedes llevarte una sorpresa muy desagradable.

La persona frente a mí.

Ese que necesito se calle para poder hablar, que tiene que darme una firma, darme un servicio, cuide a mis hijos o me de descuento de Jueves hoy que es viernes. ¿Qué tan difícil puede ser un esfuerzo extra, romper una regla, cambiar algo o dejar de hacer algo para que yo logre lo que quiero? Que gente tan inconsciente, ¿verdad? Todos somos yo. Todos los demás son él o ella. Y si solo importa lo que yo quiero, él o ella no lo van a ver así. Ya dije que aquí no hay ni reglas mágicas ni verdades absolutas. Pero aquí unos tips para que consideremos la perspectiva de el YO que vive dentro de él o ella y lograr que tu logres lo que tu YO quiere. ¿Quedo claro? A ver explícamelo.


1.       ¿Quién es la persona que está frente a mí?
Considera con quien hablas. Una vez me atendió un cajero en USA que trabajaba ahí para ayudarse en lo que terminaba sus estudios en Antropología. ¿Qué sabes tú de la persona con la cual estas negociando, conquistando o evitando? No sabes las sorpresas que te llevarás.

2.       ¿Qué espera de esto la persona frente a mí?
No asumas nada. Probablemente pienses “obvio lo que quiere es que le de mi discurso y me vaya de aquí” ¿Estás seguro? Tal vez tu proyecto es una gran oportunidad o algo interesantísimo para quien te escucha. O todo lo contrario, pero solo preguntando lo sabrás.

3.       ¿Que implica lo que yo quiero para la persona frente a mí?
Si deseas obtener algo de alguien, ese alguien tendrá que hacer algo por ti. O dejar de hacer algo. Dedicarte tiempo. Hacer algún tipo de esfuerzo tal vez. O elegirte en lugar de otras personas. Aun en ambientes de negocio la persona con la que interactúas necesitara actuar a nombre de la empresa. Nada se da o se obtiene gratis. Esto es cierto para ti y para los demás. Desde el barman que te atiende hasta la maestra de tu hijo. Tu cliente y tu proveedor.

4.       Si logro lo que yo quiero, ¿que obtendrá esta persona?
Es fácil pensar que si tu obtienes lo que necesitas a todo el mundo le ira bien. Obvio, eres el centro del universo ¿no? Un genio por ser descubierto y próximo ídolo de las multitudes. 

Ok, si obtienes lo que buscas…

Tú cubres tu cuota
Tú cobras to comisión
Tú mejoras tu reputación
Tú obtienes esa pieza de información que necesitabas

¿Y la persona frente a ti?

¿Cubre una necesidad?
¿Fue escuchado?
¿Ganará algo? ¿Perderá algo?
¿Su trabajo mejorara o será exactamente igual?



La persona más importante del mundo justo en este momento.

¿Quiénes son las personas que mejor escuchan? Irónicamente aquellas que están pensando en sí mismas, es decir aquellas que saben que al poner atención en su interlocutor están obteniendo información valiosa que les permitirá: 1.- Saber quién es  2.- Que espera de todo esto, 3.- Que implica esto para él o ella y, 4.- Que obtendrá él o ella si tú logras tu objetivo. Y con esto tienen mejor probabilidad de lograr sus objetivos.


Una técnica muy sencilla para escuchar bien a la persona frente a ti es que cuando estas escuchando a alguien te digas a ti mismo “esta es la persona MAS IMPORTANTE del mundo para mí en este momento”. Esto no lo invente yo, lo escuche de alguien más. Cuando lo escuche la primera vez pensé “Cursi, Ñoño” pero ¿qué crees? Funciona muy bien. Es un asunto de conciencia, pensar y estar consciente que quieres lograr lo mejor de esa conversación. Durante y al final de la misma hay un agradable sentimiento de demostrar respeto e interés con quien te está dedicando su tiempo. Y te pones en sus zapatos (por favor no te los robes) y te haces esas 4 preguntas. Y piensas “esta es la persona MAS IMPORTANTE del mundo para mí en este momento”. Veras que al final será más fácil que tú logres lo que tú quieres.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Breve historia de un ente urbano que no sabía si era activista, deportista, emprendedora o Mamá de una de las niñas de 3ro. “B”.


Hace unos días un amigo me reclamó que en mi blog inicial puse el Plan de Vida como lo primero de mi lista de tópicos a tratar en Garage Coaching. No me quedó claro si el reclamo fue por un rechazo a mi falta de orden o por una urgencia personal por tener su plan de vida. Como sea, ANTES de hacer un plan de vida debemos de tener en claro algunas cosas. Nada complicado, solo algo así como qué pretendemos en la vida y nimiedades así.


“Elmer J. Fudd, millonario, dueño de una mansión y de un yate” 
       
¿Y tú quién eres? Si hoy conoces a una persona nueva ¿Cómo te presentas a ti mismo? Para aquellos que tenemos hijos en edad escolar es muy curioso ver cómo perdemos nuestra identidad dentro del medio de los colegios y de los padres de familia. Ya no eres Gaby. Eres la mami de MariJo. Ya no eres Luis. Eres el papá de Luisito Vega de 2do. B.

¿Y tú quién eres?

·         ¿Eres la Directora de Finanzas para la región dentro de tu empresa? - ¿Y si mañana te corren, ya no eres nadie? ¿Si cambias de empresa, cambias tú?
·         ¿Te acaban de promover de gerente a director de área? ¿significa que ahora eres mejor persona?
·         ¿Eres dueño de un restaurante Argentino de cortes finos de carne? ¿Y en cuaresma que pasa contigo?

Definitivamente nuestras posesiones materiales no nos deben definir. Tampoco los cargos o títulos.
Como entes urbanos, modernos, tecnológicos, dueños de tablets y smartphones, día a día jugamos varios roles. Por supuesto, ¡no podemos ser solo una cosa en esta vida moderna¡, salvo las obligadas excepciones de la regla: esas personas que hagan lo que hagan solo pueden ser unos perfectos */%#”s.
Pero dejando esta fauna a un lado, volvamos a ti. Si, eres directora de finanzas, mamá de Regina, alumna de yoga, chef amateur y corres medios maratones. Eres todo eso. No eres solo lo que tu título dice, ni solo como te conocen en alguno de los círculos que frecuentas. Eres todo eso al mismo tiempo y más.

“Para servir a Dios, a la Patria y a Usted”.

Si somos tan celosos y orgullosos de todos esos roles, ¿Por qué cuando hacemos planes de vida, solo lo hacemos pensando en uno de ellos? ¿Por qué solo pensamos en el plan de carrera y después todo, en el día a día lo sobrellevamos alrededor de nuestra actividad profesional?

Si tu plan de vida es trabajar muy duro 10 horas diarias para llegar a director y ganarte el derecho de trabajar más duro 12 horas diarias, seguro que en el colegio de tu hijo te lo van a reconocer: “El papá de Lalito nunca viene a ninguna actividad de su hijo”; el espejo te recordará que tu rol de deportista no está realmente incluido en tu plan de vida y tu labor de activista estará limitada a seguir la cuenta de Twitter de tu ONG favorita en tu súper Smartphone.

Porque la verdad, lo que se dice la verdad… todos planeamos la vida en función del trabajo y asumimos que todo lo demás se verá beneficiado en consecuencia.

Entonces, hagamos planes que incluyan todas nuestras facetas. Si no, luego no nos quejemos que no tenemos tiempo o no hemos logrado alguno de nuestros sueños. El ejercicio puede ser sorprendentemente sencillo. Intenso, iluminador, inspirador, pero sencillo si lo hacemos con la diligencia con la que hacemos las cosas del trabajo. Cuando planeamos un proyecto queremos tener todas las bases cubiertas. Si hacemos lo mismo en nuestro plan de vida, veremos que es muy similar: varios aspectos interrelacionados, interdependientes y que debemos de balancear como malabaristas.
Primero vamos a definir las áreas que queremos estén incluidas y balanceadas en nuestro plan de vida. Algunos ejemplos muy comunes son:

Profesional – fácil, obvio ¿no?
Familiar – obvio… ¿lo es?
De pareja – “en lo próspero y en lo adverso”… yo prefiero en lo próspero
Actividad Física – es como un clásico que no pasa de moda
Pasatiempos - ¡por favor, por favor, dime que NO estás pensando en ver Realities por TV¡¡

¿Por qué el cine se ve mejor en el cine?

Por qué te saca de tu realidad para contarte una historia increíble.  !Pues tu plan de vida debe de ser una historia increíble¡  Resulta que a eso que tenemos debajo de la gorra, gel, canas, tinte o calvas y que nos ayuda a recordar la contraseña del smartphone, nuestro cerebro, le encantan las historias. De hecho hay estudios que demuestran que aprendemos mucho mejor de las historias que de datos fríos y duros. Cuando el cerebro analiza datos, solo una parte del cerebro se activa para decodificar los datos. Pero cuando escuchamos una historia se activan partes del cerebro que se activarían como si lo que escuchamos lo estuviéramos realmente experimentando.

¿Qué tiene esto que ver con un plan de vida? Bueno, en mi opinión, es la historia de TÚ vida. Y no te debe solo satisfacer !te debe encantar¡

Como el libreto de una buena película, o como una novela, tu plan de vida no lo vas a escribir de una sola vez. Primero lo piensa. Luego borras. Luego le cambias. Luego de agregas. Luego le quitas, le pones le editas, etc.
Imagina que estas ayudando a un amigo con su plan de vida: “terminas tus estudios y vas a tener un buen empleo, o pones tu negocio y no tendrás jefe, serás dueño de tu horario, podrás ir a donde quieras…” Si al plan de un amigo, le pones sabor y emoción, el tuyo no debería de ser menos.

Haz de tu plan de vida algo divertido, inspirador, que te llene de vida.

Allá afuera hay mucha literatura sobre el tema. Puedes hacer como yo: adaptas la tuya (eso ha hecho Disney muchas veces, ¿no? Adaptar historias). En otra ocasión te comparto mi “Ultimate Template for Personal Goal Setting” Y si no, cuéntame tu del tuyo, si lo haces como una gran historia, estoy seguro será fascinante escucharla. 

jueves, 9 de octubre de 2014

Marranitos y perseverancia.

En muchos países eran muy populares las alcancías de forma de marranito o cochinito (¿por qué tendrán tantos nombres los cerdos? cochinos, marranos, puercos, chanchos, cuinos, gorrinos…) Se dice que esto viene de Inglaterra del Siglo XV cuando se hacían unos recipientes para guardar dinero hechos de arcilla rosa llamada “PIGGY”. En algún momento se le dio la forma de cerdito y por eso la frase “Piggy Bank” en Inglés. No es difícil adivinar la metáfora con engordar al marrano para después matarlo y obtener el beneficio. Finalmente son un símbolo de perseverancia. Incluso si piensas en el insulto “gordo como marranito”, es también una muestra de perseverancia. Día tras día tras día nuestro marranito diligentemente enfoca sus esfuerzos a comer carbohidratos, a buscar botanas y, a pesar de todas las voces en contra, logra salir victorioso al final de cada día con una mala dieta y ausencia de ejercicio. !¡Todo un héroe de la perseverancia¡


Noticia buena y noticia mala: en más de un aspecto, hoy, estás perseverando en algo, lo veas así o no. Trabajando poco a poco de forma segura hacia un resultado que afectará tu vida. Para que esto sea una buena noticia tendrías que estar trabajando en un buen hábito (como metiendo dinero al marranito). Si no es así, es muy probable que estés inconscientemente trabajando en algo que después te tendrá a disgusto o incluso se volverá un problema. Por ejemplo comiendo mal y “metiéndole” al marranito en el cual te vas a volver.


En el día a día tomamos docenas de decisiones, las más evidentes son las que te obligan a pensar, a evaluar opciones y pensar en las implicaciones a largo plazo. Pero hay otro tipo de decisiones que tomamos todos los días que requieren menos esfuerzo para tomar y en las que ni consideramos otras opciones, ni pensamos en los efectos a largo plazo, aunque definitivamente todo lo que hacemos tiene efecto a largo plazo. Hace poco hablamos de los hábitos y de como permiten al cerebro actuar de manera sencilla sin invertir esfuerzo en pensar. Día a día, las pequeñas decisiones construyen un futuro, para bien o para mal. Ya sea que ahorres dinero, cuides tu dieta, estudies un idioma, aprendas algo nuevo, etc.


¡Qué triste sería que después de invertir una vida en malos hábitos, también tuvieras que echar mano de tus ahorros para pagar dos boletos de avión por que el “marranito ya no cabe en uno solo!


Solo necesitas 10,000 horas, más o menos.


Hace años el psicólogo sueco Anders Ericsson habló de la regla de las 10,000 horas, ahí aseveraba que con 10,000 horas de práctica se puede alcanzar un nivel de maestría en cualquier área. Hoy en día se dice que la teoría es errónea, algunos dicen que se necesita más de eso y hay quienes dicen que la práctica por si sola no puede asegurar el éxito, que este está influenciado además por otros factores. El hecho es que con el paso del tiempo, sin darte cuentas inviertes mucho tiempo en cosas que tal vez no te lleven a donde quieras. Y definitivamente la acumulación de horas de repetición van a tener un efecto o consecuencia.


Decisiones, acciones, creencias, consecuencias. Tal vez estoy asumiendo que tu plan es mejorar algún o algunos aspectos de tu vida. Si no es así, y estoy equivocado, ¿Qué te digo? Si tu idea es ver una serie completa de 5 temporadas de 20 episodios de 45 minutos cada uno… son 75 horas ininterrumpidas de TV. Sin en cada hora consumes una botana y una bebida multiplicado por 75 horas = !un marranito¡.


Pero si estamos en el mismo canal, si tienes un objetivo, si valoras la fuerza de los buenos hábitos y de la fuerza de voluntad, entonces estarás de acuerdo que la perseverancia aplicada a buenos hábitos puede llevarte lejos, a donde tú quieres.


“Inicia algo pequeño, puede llevarte más lejos de lo que crees”


Nos encantan los listados ¿verdad?. Aquí te dejo unos tips que espero te sean de utilidad:


1.       Empieza con pocos. Selecciona 2 o 3 hábitos que quieras desarrollar. No más de eso. Tomar más agua, comer más verduras, mejorar tu conocimiento en un tema en particular, mejorar tu condición física, etc.


2.       Empieza despacio. Ponte una meta diaria muy sencilla. Pero de verdad MUY sencilla.
·         Beber 1 vaso de agua al día.
·         10 minutos de caminadora 3 veces por semana.
·         Leer 5 páginas de un libro cada día.
¿Suenan ridículas? Bien, de eso se trata. Cuando no bebes nada de agua y de repente un día decides tomar 8 vasos… es como el tormento de la gota, es !horrible¡, te sabe mal y lo dejas. En cambio el superar tu meta todos los días se siente muy bien y te ayuda a hacer de esto un hábito.


3.       Construye una cadena. Puedes utilizar un calendario, tu agenda o, si eres más tecnológico, un app para llevar la cuenta de cada día que cumples con tu encomienda diaria. Cada vez que pongas una cruz o cualquier marca que implique que cumpliste con tu meta, es como si pusieras un eslabón de una cadena. Tu misión es que la cadena no se rompa y hacerla tan larga que tú misma te impresiones.

      Personalmente uso una aplicación en mi iPhone llamada Lift, hace 8 días empecé a registrar mi vaso diario de agua y, créeme, esas 8 marcas naranjas consecutivas… se ven bien bonitas. Y llevo más de 8 vasos de agua natural, hay días de 4 o 5 vasos, hay días que bebo mi único vaso del día justo antes de dormir. Y se siente muy bien. Diario cumplo con mi meta.


Espero te sean interesantes y sobre todo útiles. Finalmente recuerda que son herramientas de garaje ;)




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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Por qué el hubiera… ¡SI existe! (Simplemente está mal ubicado)






























El tema de viajar en el tiempo es muy popular en cine y TV. El sueño es mejorar nuestra realidad regresando algunos años atrás para tomar otras decisiones que HOY consideramos correctas o por lo menos más interesantes que las que tomamos en el pasado. Y entonces entramos en el terreno del “hubiera”.

· Si no hubiera renunciado a la dieta… hoy ya habría bajado esos kilos
· Si hubiera seguido en el gimnasio, hoy tendría el cuerpo que siempre he deseado
· Si hace dos años hubiera ingresado al grupo de inglés, hoy seria bilingüe

“El hubiera no existe, no puedes cambiar el pasado” pues si lo vemos así, es cierto, si vemos hacia atrás y nuestra realidad no nos gusta, ¡pues ya nos amolamos! (o tan educado o prosaico como lo queramos expresar).


A mí me gusta pensar, que el hubiera SI existe, solo está mal ubicado. Hoy es el hubiera de Mañana, todo está en las pequeñas decisiones de cada día.


Por ejemplo, quesadillas, tacos, hamburguesas y tortas NO engordan; como correr, nadar o hacer Pilates NO mejoran la condición física de nadie. No si solo lo haces una vez. Hoy decides que tacos en lugar de ensalada, no te harán más gordo. Dentro de meses será “¡si NO hubiera comido tantos tacos…!”

La escena ideal debería ser “Si NO hubiera venido con regularidad al ejercicio… ¡estaría hecho un gordo(a)!”



Dr. Tony Newman y Dr. Douglas Phillips entran al Túnel del Tiempo.

Para volver el hubiera en algo factible y positivo hoy, puedes usar algunas de estas herramientas:



1. Sabiduría Acelerada. Este es mi favorito pues implica una actitud proactiva al 100%. ¿De qué se trata? Comienza con tus objetivos (si, ya se, ya hable de eso, pero ni hablar, todo está ligado) ¿qué quieres estar haciendo dentro de 5 años? ¿quieres ser el director general de tu empresa? ¿quieres tener tu propia empresa? Cuando tienes esto claro transpórtate en el tiempo y pregúntate “¿Qué necesitaré saber dentro de 5 años? ¿Qué habilidades necesito desarrollar? Tomemos el ejemplo del emprendedor, quieres tener tu propio negocio, tener empleados, tal vez franquiciar una idea, etc. Seguramente para esto tendrás que adquirir conocimientos y habilidades que hoy NO tienes. Si vienes del área comercial necesitaras aprender temas financieros, fiscales, de manejo de personal, etc. Por el contrario si eres un contador o abogado con una idea de negocio, probablemente tendrás que desarrollar habilidades de ventas y manejo de equipos de vendedores.

¿Ya identificaste conocimientos, habilidades o cualquier otra cosa que necesitaras en ese futuro deseado? ¡Perfecto! Ahora vuelves a entrar al túnel del tiempo y te transportas de regreso a hoy, ya sabes lo que dentro de unos años vas a desear haber sabido, tenido o preparado con anticipación… así que lo empiezas HOY. Te inscribes a esa maestría, empiezas a entrenar o lo que sea que hayas identificado.

¡Peligro, Peligro Will Robbinson¡ (una nota aclaratoria). Ten cuidado como manejas este tema de la Sabiduría Acelerada, la idea es que inicies desde ya para que cuando llegue el día estés mejor preparado para lograr tus metas y avances más rápido, no caigas en la trampa de usar esto como pretexto para postergar nada. Todo lo contrario, el espíritu de esta herramienta es acelerar las cosas, y, principalmente, que llegues a ese futuro en mejor forma y no haya lugar a “hubiera”.



2. Dr. Jekyll y Mr. Hyde, la prueba de las personalidades múltiples. Uno de los problemas del “hubiera” es que nadie experimenta en cabeza propia, somos muy necios y nos aferramos a decisión para luego arrepentirnos y cuestionarnos por qué no decidimos diferente. ¿Qué podemos hacer? Antes de tomar una decisión trascendente podemos hacer un ejercicio de cuestionarla y analizarla desde diferentes perspectivas, poniéndonos en los zapatos de diferentes actores, asumir el papel y analizar los efectos de una posible decisión.

¿Qué me diría mi abuelo, mi jefe, mi ídolo?, etc. Puedes hacer el ejercicio mental de preguntar, tratando de usar su perspectiva. No es tan difícil como suena y es sorprendentemente efectivo.

Hay quienes lo llaman “La mesa directiva personal”, si lo hacemos estamos escuchando los consejos que en el futuro nos gustaría haber recibido. Si lo haces tú solo, si te pones en los zapatos de otras personas y analizas tus propias acciones obtendrás diferentes perspectivas.

Por supuesto puedes hacerlo en la vida real, puedes pedir consejo a varias personas, o, mejor aún, buscarte un mentor que te ayude no solo en una decisión en particular si no en un plan de vida. Yo tengo un gran amigo quien es mi mentor en temas profesionales, también tengo una buena amiga quien es mi Sensei digital, y además tengo a mi esposa, quien es mi consejera en temas personales… aunque es un poco como jugar con el árbitro en tu equipo (perdón por la analogía futbolística).

Y obviamente puedes combinar hablar con personas reales con el que tú hagas el ejercicio mental de pensar “¿Qué me diría determinada persona sobre este asunto?”. Lo importante es no ponernos de necios y empecinarnos a una decisión sin analizar opciones y consecuencias.



3. Volver al futuro. Después de hablar, real o imaginariamente, con diferentes personas, tendrás diferentes perspectivas, idealmente muy útiles y reveladoras. Pero ¿y qué piensas tú?, específicamente, ¿Qué pensaras tú dentro de 5 o 10 años? ¿Te imaginas la maravilla que sería regresar en el tiempo, pararte frente a ti mismo y darte unos cuantos consejos?:

· ¡Ahorra!, no gastes tanto en tonterías

· Realmente no necesitamos tantos postres ¿eh?

· Acepta ese trabajo, se lo que te digo, te conviene

· Los beepers si van a ser obsoletos

· Créeme, la gordita del salón se va a poner realmente guapa

Pero, desafortunadamente, eso no creo que vaya a pasar, pero, pensemos que la escena es al revés, tu yo del futuro viene a hablar contigo (¡Rayos! Y tu comiendo hamburguesas con una cerveza) Por supuesto no puedes saber que va a pasar, pero puedes hacer tu mejor esfuerzo por tratar de adelantarte. Si tienes metas claras, sabes lo que necesitas, entonces no es tan difícil. Estoy seguro que si regresaras el tiempo, no tendrías que revelarte los secretos del universo, normalmente mejores decisiones son lógicas, pero requieren de sacrificio. Lo mismo, HOY una meta clara, un plan y fuerza voluntad te pueden preparar para un mejor futuro. Y entonces, el hubiera, realmente no importará.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Motivación, fuerza de voluntad y una cucharada de miel.


-          “¡Es que el profesor no me motiva!”
-          “Buscamos un ejecutivo auto motivado capaz de trabajar bajo presión”
-          “10 Tips para disparar tu motivación,  consejos de tu deportista, empresario, artista o celebridad favorita” (o 20 consejos o 15 frases o listado de 100 cosas para motivarte).

Lograr cambios consientes en la vida y alcanzar grandes cosas no es fácil, hay que luchar contra adversidades de todo tipo. Desde falta de dinero y/o tiempo hasta la más grande y común de las barreras: uno mismo.
Un requisito popular para las personas con grandes metas es una sobredosis de motivación.  Algo así como convertir nuestro “yo interno” en una especie de gorila que se golpea el pecho y nos catapulta fuera de la cama directo a las actividades que nos darán lo que buscamos.

Mi hijo juega Futbol Americano infantil. Antes de cada juego las mamás dan su bendición a los chicos metidos en sus cascos, hombreras y demás aditamentos; los papás les damos palmadas y palabras de aliento (al menos esos creemos), los coaches les dan una inyección de aliento a punta de gritos: “¿Quién va a ganar? - ¡Nosotros Coach!” y, además de todo este rito semanal, a varios de los chicos les damos una cucharada de miel antes de entrar al campo. ¿Y qué crees?, del otro lado del campo, el equipo contrario, hace exactamente lo mismo. Hasta cantamos las mismas porras cambiando solo el nombre de cada equipo (parece que todos vamos a comprar porras a la misma tienda).

Hecho: la motivación está mal conceptualizada, casi al grado de estar sobre valuada.

En el ejemplo de mi hijo y sus compañeros del Futbol Americano, todos ellos entrenan 5 días por semana por algo más de 2 horas, literalmente, llueva, truene o relampaguee. ¿Cómo lo logran?  ¿Por la cucharada de miel? ¿Por los gritos de padres y entrenadores? Seguro que no. La respuesta es que los chicos que llevan esta disciplina de manera exitosa cuentan con un buen balance entre motivación, fuerza de voluntad y hábitos.
Como muchas cosas en la vida lo difícil es encontrar el balance adecuado para cada uno de nosotros.
A diferencia de la motivación, la fuerza de voluntad es un proceso menos visceral y más consciente. La fuerza de voluntad es lo que hace que mucha gente vaya día tras día tras día a un trabajo que lo le gusta pero le permite dar sustento para él y su familia. Este es un ejemplo de una actividad realizada a base de fuerza de voluntad cuando la motivación es cero. Cero por decir algo, la desmotivación es una piedra muy difícil de cargar.

Ahora imagina esta escena: vas caminando por la calle y a alguien se le escapa su perro el cual decide que esa mañana tu trasero puede ser un buen desayuno de campeones.

¿Qué haces?

¡Corres con todas tus fuerzas!

¿Qué proceso analítico tuviste que hacer? ¿Pensaste en las implicaciones de la mordida en tu sex-appeal? ¿Pensaste en leer la póliza de tu seguro para ver su cubría trasero masticado por can? ¡No, no lo creo! Tenías un gran motivador para correr, literalmente, salvar tu trasero. Un ejemplo de motivación, no muy agradable, sin necesidad de fuerza de voluntad (más bien corres contra tu voluntad ¿no?).

Hablemos de hábitos para entonces poner todo junto. Fumar puede ser catalogado de diversas maneras pero ciertamente es para muchos un hábito. Lo hacen todos los días, sin mayor esfuerzo y sin pensar. Casi cualquier adulto informado reconocerá que es un hábito muy dañino. Sin meternos en la química del fumar y la adicción que conlleva, para el fumador es extremadamente fácil hacer lo mismo todos los días. Los hábitos permiten al cerebro realizar fácilmente una actividad sin desperdiciar mucha energía, de una manera eficiente.

Los deportistas de alto nivel tienen el hábito del entrenamiento. No luchan cada mañana contra el despertador. Simple y sencillamente siguen su rito de levantarse, vestirse, prepararse, desplazarse al gimnasio, cancha, pista o lo que sea, y empezar su rutina de ejercicio y entrenamiento. Si bien pueden ayudarse con una bebida energizante, escuchar esa canción que hace que su alma se inspire o tomar esa cucharada de miel, lo que realmente los saca de la cama es un hábito formado inicialmente a base de fuerza de voluntad.

Entonces ¿cuál es la fórmula o receta? Como en todo lo que tiene que ver con conducta, no hay nada exacto, lo importante es un balance entre motivación y fuerza de voluntad apoyado e impulsado por un hábito.



Desarrollar un hábito es como desarrollar un musculo, el ejercicio constante nos da la fuerza para hacer muchas cosas. Un hábito nos hace realizar una actividad de manera más fácil. SI estás muy motivado deberás podrás realizar una actividad en particular con facilidad pero depender de eso implica asumir que SIEMPRE estarás motivado, de humor, con energía. La fuerza de voluntad te puede hacer llevar a cabo una tarea aun con falta de motivación, con cansancio, sin ganas, etc.
No, la clave del éxito no es moverte como Zombi de la serie The Walking Dead, como dije, la clave es el balance.

¿Necesitamos motivación? ¡Claro que sí! Mucho se dice de este tema, si combinas motivación con fuerza de voluntad, cualquier método de motivación puede funcionarte, cada quien funciona de manera diferente. ¿Un consejo? En mi opinión, la mejor motivación viene de tus mismas metas, o ¿acaso necesitas motivación para cumplir tus grandes anhelos? Por eso la fijación de metas es tan importante. Está en el medio y está en el principio y está en el fin. No es principio Zen (que yo sepa) analízalo de un modo objetivo y lo veras.
Podemos compartir ideas y diversas fuentes de motivación. Si las sabemos usar será útil y entretenido. Al final de cuentas, si no es así, ¿Qué sentido tendría todo, no?


viernes, 29 de agosto de 2014

“… but we should be going Nowhere Fast”... o tal vez no.


En 1984 Jim Steinman escribió la canción “Nowhere Fast”, interpretada originalmente por Fire Inc. y posteriormente en una sensacional versión por Meat Loaf. En esta increíble canción, la emoción de la rebeldía y la libertad nos contagian y llenan de energía. La imagen de conducir una motocicleta a toda velocidad es muy atractiva. Con el atardecer como único destino y con el viento en la cara, como si el mañana no existiera.

De cierta manera, sin motocicleta, sin música energizante y sin otros glamorosos ingredientes, el vivir sin destino a toda velocidad es la realidad de muchísima gente. Nuestro frenesí por llegar a la tierra prometida no solo nos hace olvidarnos de disfrutar del camino. El verdadero peligro es que con demasiada frecuencia, no sabemos dónde está la tierra prometida, como se ve, y, peor aun, ni siquiera estamos seguros si es ahí a donde queremos realmente ir.

“Si fallas en planear, planeas fallar” Existen muchos dichos y refranes que advierten sobre este riesgo. Muchos se dicen y repiten, pocos se les pone real atención.

La velocidad es un asunto relativo. Si tenemos fijo un objetivo, si este nos llena de vida, está de acuerdo con nuestros principios, valores e intereses, entonces, para cuando nos demos cuenta, estaremos a toda velocidad. Mucha gente vive bajo la sensación de ir a toda velocidad pero sin ir realmente a ningún lado.


  • Las agendas se llenan de compromisos sin darnos cuenta.


  • Las redes sociales nos permiten “sociabilizar” con docenas de personas a la vez.


  • Las fechas comprometidas llegan sin cesar.


  • Paso el caótico cierre de mes y ya viene el siguiente.


  • Entregaste el reporte y ahora viene la presentación.


Es decir, vamos muy rápido. A ningún lado. Si no tenemos claro a donde vamos, no vanos a ningún lado. Muy probablemente estamos apurados para cumplir los sueños de alguien más en lugar de los propios.

Sabiendo exactamente a donde vamos es como se traza una vida. El poner objetivos da sentido y dirección a nuestras acciones. Si sabemos a dónde vamos y todo lo que hacemos va en esa dirección, entonces hablamos de velocidad.

Dame tu ubicación en Google® Maps.

Si justo hoy, entre el “conference call” de las 9:00, varios correos contestados desde tu Smartphone y la llamada de tu esposa para preguntarte cuando vas a acompañar a tu hija a su clase piano, te diste cuenta que, aunque vas a toda velocidad, no vas a ningún lado: está bien, no te preocupes. Siempre puedes trazar una línea en tu vida que sea la línea de salida, de inicio de una nueva carrera (solo que ahora con línea de Meta).


  1. El punto de inicio. Empiezas creando la imagen de lo que quieres ser y/o hacer, de aquí a, digamos en 10 años. Debes de ser lo más específico y detallado que puedas. Dónde vas a estar, que vas a estar haciendo, donde vas a vivir, cuánto dinero vas a ganar, quienes van a estar contigo. El decir “voy a tener mi propio negocio y tener una casa más grande”… no has dicho nada, es demasiado ambiguo. Plantea tu meta de manera específica y detallada, y asegúrate que sabes por qué quieres llegar ahí, asegúrate que sea lo que te gusta y te llena.
  2. ¡Dame más gasolina! Ahora que sabes a dónde vas, ahora que te has visto en ese futuro, si has sido honesto… hablemos de motivación. El trabajar por lo que realmente te gusta se convertirá en el combustible de tu velocidad. La cafeína de tu café de la mañana se fue después de un par de horas; la emoción de una película que te inspira, se va con las palomitas. La verdadera motivación está en ti mismo. ¿Ahora ves por qué es tan importante poner metas específicas y que sean compatibles con tus ideales?
  3. ¿Cómo se come un elefante? ¡Una mordida a la vez! ¿Cómo pasas de tu realidad actual a tu futuro planeado? Rompiendo tú meta en objetivos más pequeños que debes de ir cumpliendo para alcanzar tu gran meta. Recuerda, poco a poco… poco se vuelve MUCHO.


Gimme good lovin’ every day!

Estos objetivos, estas acciones que tienen como fin llevarte a tu gran meta, son los escalones. No hay atajos. Debes de trabajar todos los días en ellos. Todos los días sin excepción. Al final de cada día debes de preguntarte que hiciste hoy para llegar a tu meta. Si la respuesta es: nada. Algo está mal. ¿La meta será la correcta? Si pasas días y días y no haces nada, la meta no es la correcta. Puro y simple. No, no estas demasiado ocupado. No, no vas a empezar después del presupuesto o después de las vacaciones. Si no lo has hecho, no te interesa realmente. Vuelve a tomar una hoja de papel en planco (o una nueva nota digital en EverNote®) y vuelve a comenzar.

Recuerda, hazte una imagen de lo que quieres, asegúrate de que sea lo que realmente te gusta, desmenuza tu meta en pequeñas partes y trabaja en ello TODOS los días.