- “¡Es que el profesor no me motiva!”
- “Buscamos un ejecutivo auto motivado capaz de trabajar bajo presión”
- “10 Tips para disparar tu motivación, consejos de tu deportista, empresario, artista o celebridad favorita” (o 20 consejos o 15 frases o listado de 100 cosas para motivarte).
Lograr cambios consientes en la vida y alcanzar grandes cosas no es fácil, hay que luchar contra adversidades de todo tipo. Desde falta de dinero y/o tiempo hasta la más grande y común de las barreras: uno mismo.
Un requisito popular para las personas con grandes metas es una sobredosis de motivación. Algo así como convertir nuestro “yo interno” en una especie de gorila que se golpea el pecho y nos catapulta fuera de la cama directo a las actividades que nos darán lo que buscamos.
Mi hijo juega Futbol Americano infantil. Antes de cada juego las mamás dan su bendición a los chicos metidos en sus cascos, hombreras y demás aditamentos; los papás les damos palmadas y palabras de aliento (al menos esos creemos), los coaches les dan una inyección de aliento a punta de gritos: “¿Quién va a ganar? - ¡Nosotros Coach!” y, además de todo este rito semanal, a varios de los chicos les damos una cucharada de miel antes de entrar al campo. ¿Y qué crees?, del otro lado del campo, el equipo contrario, hace exactamente lo mismo. Hasta cantamos las mismas porras cambiando solo el nombre de cada equipo (parece que todos vamos a comprar porras a la misma tienda).
Hecho: la motivación está mal conceptualizada, casi al grado de estar sobre valuada.
En el ejemplo de mi hijo y sus compañeros del Futbol Americano, todos ellos entrenan 5 días por semana por algo más de 2 horas, literalmente, llueva, truene o relampaguee. ¿Cómo lo logran? ¿Por la cucharada de miel? ¿Por los gritos de padres y entrenadores? Seguro que no. La respuesta es que los chicos que llevan esta disciplina de manera exitosa cuentan con un buen balance entre motivación, fuerza de voluntad y hábitos.
Como muchas cosas en la vida lo difícil es encontrar el balance adecuado para cada uno de nosotros.
A diferencia de la motivación, la fuerza de voluntad es un proceso menos visceral y más consciente. La fuerza de voluntad es lo que hace que mucha gente vaya día tras día tras día a un trabajo que lo le gusta pero le permite dar sustento para él y su familia. Este es un ejemplo de una actividad realizada a base de fuerza de voluntad cuando la motivación es cero. Cero por decir algo, la desmotivación es una piedra muy difícil de cargar.
Ahora imagina esta escena: vas caminando por la calle y a alguien se le escapa su perro el cual decide que esa mañana tu trasero puede ser un buen desayuno de campeones.
¿Qué haces?
¡Corres con todas tus fuerzas!
¿Qué proceso analítico tuviste que hacer? ¿Pensaste en las implicaciones de la mordida en tu sex-appeal? ¿Pensaste en leer la póliza de tu seguro para ver su cubría trasero masticado por can? ¡No, no lo creo! Tenías un gran motivador para correr, literalmente, salvar tu trasero. Un ejemplo de motivación, no muy agradable, sin necesidad de fuerza de voluntad (más bien corres contra tu voluntad ¿no?).
Hablemos de hábitos para entonces poner todo junto. Fumar puede ser catalogado de diversas maneras pero ciertamente es para muchos un hábito. Lo hacen todos los días, sin mayor esfuerzo y sin pensar. Casi cualquier adulto informado reconocerá que es un hábito muy dañino. Sin meternos en la química del fumar y la adicción que conlleva, para el fumador es extremadamente fácil hacer lo mismo todos los días. Los hábitos permiten al cerebro realizar fácilmente una actividad sin desperdiciar mucha energía, de una manera eficiente.
Los deportistas de alto nivel tienen el hábito del entrenamiento. No luchan cada mañana contra el despertador. Simple y sencillamente siguen su rito de levantarse, vestirse, prepararse, desplazarse al gimnasio, cancha, pista o lo que sea, y empezar su rutina de ejercicio y entrenamiento. Si bien pueden ayudarse con una bebida energizante, escuchar esa canción que hace que su alma se inspire o tomar esa cucharada de miel, lo que realmente los saca de la cama es un hábito formado inicialmente a base de fuerza de voluntad.
Entonces ¿cuál es la fórmula o receta? Como en todo lo que tiene que ver con conducta, no hay nada exacto, lo importante es un balance entre motivación y fuerza de voluntad apoyado e impulsado por un hábito.
Desarrollar un hábito es como desarrollar un musculo, el ejercicio constante nos da la fuerza para hacer muchas cosas. Un hábito nos hace realizar una actividad de manera más fácil. SI estás muy motivado deberás podrás realizar una actividad en particular con facilidad pero depender de eso implica asumir que SIEMPRE estarás motivado, de humor, con energía. La fuerza de voluntad te puede hacer llevar a cabo una tarea aun con falta de motivación, con cansancio, sin ganas, etc.
No, la clave del éxito no es moverte como Zombi de la serie The Walking Dead, como dije, la clave es el balance.
¿Necesitamos motivación? ¡Claro que sí! Mucho se dice de este tema, si combinas motivación con fuerza de voluntad, cualquier método de motivación puede funcionarte, cada quien funciona de manera diferente. ¿Un consejo? En mi opinión, la mejor motivación viene de tus mismas metas, o ¿acaso necesitas motivación para cumplir tus grandes anhelos? Por eso la fijación de metas es tan importante. Está en el medio y está en el principio y está en el fin. No es principio Zen (que yo sepa) analízalo de un modo objetivo y lo veras.
Podemos compartir ideas y diversas fuentes de motivación. Si las sabemos usar será útil y entretenido. Al final de cuentas, si no es así, ¿Qué sentido tendría todo, no?
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