Imagina que estás en una cafetería
tomando tu café y de repente, accidentalmente, lo derramas, y que la persona
sentada a tu lado te dice: ¡ah qué torpe eres!
¿Cuál sería tu respuesta?
Imagina que estás en el tráfico y tu
acompañante te dice algo así como : "¡que necio de tomar esta ruta!
Siempre es lo mismo y te ha de tocar este tráfico".
¿Cómo te sentirías?
Ahora imagina que a un chico le bajan
la calificación en el colegio por olvidar una tarea, ¿que pensarías si la mamá
le dijera que es un tonto, que siempre es lo mismo?
¿Qué te parecen estas personas?
¿Odiosas, intransigentes, insensibles, mal educadas? ¿Algo peor? La mayoría de
nosotros preferiríamos alejarnos de personas así. O tal vez darles un puñetazo
en la cara, una patada en la entrepierna y llenarlo de maldiciones.
Ya escucho a las mamás en el caso del
niño regañado: "¿qué le pasa a esa mujer? No es manera de hablarle a
nadie, ¡menos a un niño pequeño,"
Y tienen razón.
Pero, ¿por qué te permites a ti mismo
hablarte así?
¿Que no lo haces? ¿Estás segura?
¿Estás seguro?
La realidad es que todo el tiempo
tenemos un diálogo interior y es muy curioso cómo diferentes personas
reaccionan a las palabras y, aunque no lo creas, como te hablas a ti mismo
tiene efectos muy importantes en tu actitud, en cómo te sientes y como te va.
De repente somos tan cuidadosos de no
ofender a la persona que nos escucha. Por ejemplo, algunas personas tienen
mucho cuidado de usar un “¿me expliqué?” en lugar de un “¿me
entendiste?”, como si el preguntar si nos entendieron insinuara que de no
ser así, quien nos escucha fuera tonto. Mientras que el “¿si me explique?”
implica que una falla en la comunicación sería culpa nuestra, para NUNCA ofender
a la persona con la que hablamos, preferimos insinuar que la falla es nuestra.
Por qué todo el tiempo nos estamos
hablando a nosotros mismos. Todos tenemos esa voz interior que nos habla todo
el tiempo, a la cual casi no prestamos atención. El diálogo interno existe, y
no solo son palabras dando vueltas en nuestra cabeza. Lo que nos decimos tiene
el poder de moldear nuestra realidad, nos guste o no. Nos percatemos o no. Y
generalmente no nos percatamos.
¿Qué te parecería que cualquier
persona le hablara a tu hijo dirigiéndose a él en el mismo tono en el que te
hablas a ti mismo en tu voz interna?. Muy probablemente no te gustaría nada.
¿Le hablarías en ese tono a tu jefe, tu esposa o incluso un desconocido?
“Es un decir, no significa nada, en
realidad me quiero y me respeto”
Somos más susceptibles a nuestras propias palabras de lo que creemos.
Los deportistas practican mucho la
visualización, antes de un partido o competencia se hacen una imagen mental de
ellos mismos anotando un gol, cruzando la meta en primer lugar, recibiendo un
trofeo, etc. El principio es el mismo, si en tu voz interior dices que eres
feo... ¿Cómo crees que te va a ver el mundo?
Como dice la famosa frase de Henry
Ford:
"Ya sea que piensas que si
puedes, o piensas que no puedes - tienes TODA la razón.
Es sorprendente como es más abierta y
común la resistencia a la voz interior positiva que la aceptación de los
efectos catastróficos de la negativa. Mucha gente piensa que el hablarse a sí
mismo en un tono positivo es:
-Inútil
-Fatuo
-Engreído
-Pretencioso
-Irrealista
-Etc.
La realidad es otra muy distinta. Esto
es como la dieta: no puedes comer alimentos sanos y comida chatarra en la misma
comida y esperar los beneficios solo de la comida sana.
Mi petición, para ti, es que hagas un
esfuerzo consciente de evitar el pensamiento negativo y haz que
tu "yo interno" te hable en un tono positivo, alentador, siempre pro.
Muchos pequeños vicios y males
parecen tan insignificantes pero que a la larga, poco a poco, tienen efectos
devastadores. Si tu no crees que puedes, que eres y que lo mereces ¿quién más
lo hará? Ese es tu trabajo y nadie lo va a hacer por ti. Ni tu jefe, ni tus
amigos, ni tu pareja, vamos, ¡ni tu madre!
Se han escritos muchos libros,
artículos, blogs y frases motivacionales sobre este tema. Existen seminarios,
retiros, clases de yoga, rezos y cánticos para ayudarte o guiarte. Puedes hacer
muchas cosas. Ya sabes cuál es la mejor ¿verdad? Por supuesto: la que a ti te
funcione.
Probablemente pienses "¿qué?,
¿Ya, es todo?, ¿no me va a dar los 10 pasos para transformar el pensamiento
negativo en positivo y asegurar el éxito y la felicidad en 15 días o te devuelvo
tu dinero?".
¡Obvio no! ¡No me haz pagado nada! ¿Qué
te voy a devolver? Pensándolo bien, si quieres pagarme hazlo ;)
Cada quien tiene sus motivos y
gustos, y va a lugares diferentes.
Si aun así insistes, te dejo esta
pieza de desarrollo personal apoyada en los últimos estudios en el campo de la
psicología y del entendimiento del cerebro humano: http://youtu.be/4uJA3P99tKovideo