miércoles, 24 de septiembre de 2014

Por qué el hubiera… ¡SI existe! (Simplemente está mal ubicado)






























El tema de viajar en el tiempo es muy popular en cine y TV. El sueño es mejorar nuestra realidad regresando algunos años atrás para tomar otras decisiones que HOY consideramos correctas o por lo menos más interesantes que las que tomamos en el pasado. Y entonces entramos en el terreno del “hubiera”.

· Si no hubiera renunciado a la dieta… hoy ya habría bajado esos kilos
· Si hubiera seguido en el gimnasio, hoy tendría el cuerpo que siempre he deseado
· Si hace dos años hubiera ingresado al grupo de inglés, hoy seria bilingüe

“El hubiera no existe, no puedes cambiar el pasado” pues si lo vemos así, es cierto, si vemos hacia atrás y nuestra realidad no nos gusta, ¡pues ya nos amolamos! (o tan educado o prosaico como lo queramos expresar).


A mí me gusta pensar, que el hubiera SI existe, solo está mal ubicado. Hoy es el hubiera de Mañana, todo está en las pequeñas decisiones de cada día.


Por ejemplo, quesadillas, tacos, hamburguesas y tortas NO engordan; como correr, nadar o hacer Pilates NO mejoran la condición física de nadie. No si solo lo haces una vez. Hoy decides que tacos en lugar de ensalada, no te harán más gordo. Dentro de meses será “¡si NO hubiera comido tantos tacos…!”

La escena ideal debería ser “Si NO hubiera venido con regularidad al ejercicio… ¡estaría hecho un gordo(a)!”



Dr. Tony Newman y Dr. Douglas Phillips entran al Túnel del Tiempo.

Para volver el hubiera en algo factible y positivo hoy, puedes usar algunas de estas herramientas:



1. Sabiduría Acelerada. Este es mi favorito pues implica una actitud proactiva al 100%. ¿De qué se trata? Comienza con tus objetivos (si, ya se, ya hable de eso, pero ni hablar, todo está ligado) ¿qué quieres estar haciendo dentro de 5 años? ¿quieres ser el director general de tu empresa? ¿quieres tener tu propia empresa? Cuando tienes esto claro transpórtate en el tiempo y pregúntate “¿Qué necesitaré saber dentro de 5 años? ¿Qué habilidades necesito desarrollar? Tomemos el ejemplo del emprendedor, quieres tener tu propio negocio, tener empleados, tal vez franquiciar una idea, etc. Seguramente para esto tendrás que adquirir conocimientos y habilidades que hoy NO tienes. Si vienes del área comercial necesitaras aprender temas financieros, fiscales, de manejo de personal, etc. Por el contrario si eres un contador o abogado con una idea de negocio, probablemente tendrás que desarrollar habilidades de ventas y manejo de equipos de vendedores.

¿Ya identificaste conocimientos, habilidades o cualquier otra cosa que necesitaras en ese futuro deseado? ¡Perfecto! Ahora vuelves a entrar al túnel del tiempo y te transportas de regreso a hoy, ya sabes lo que dentro de unos años vas a desear haber sabido, tenido o preparado con anticipación… así que lo empiezas HOY. Te inscribes a esa maestría, empiezas a entrenar o lo que sea que hayas identificado.

¡Peligro, Peligro Will Robbinson¡ (una nota aclaratoria). Ten cuidado como manejas este tema de la Sabiduría Acelerada, la idea es que inicies desde ya para que cuando llegue el día estés mejor preparado para lograr tus metas y avances más rápido, no caigas en la trampa de usar esto como pretexto para postergar nada. Todo lo contrario, el espíritu de esta herramienta es acelerar las cosas, y, principalmente, que llegues a ese futuro en mejor forma y no haya lugar a “hubiera”.



2. Dr. Jekyll y Mr. Hyde, la prueba de las personalidades múltiples. Uno de los problemas del “hubiera” es que nadie experimenta en cabeza propia, somos muy necios y nos aferramos a decisión para luego arrepentirnos y cuestionarnos por qué no decidimos diferente. ¿Qué podemos hacer? Antes de tomar una decisión trascendente podemos hacer un ejercicio de cuestionarla y analizarla desde diferentes perspectivas, poniéndonos en los zapatos de diferentes actores, asumir el papel y analizar los efectos de una posible decisión.

¿Qué me diría mi abuelo, mi jefe, mi ídolo?, etc. Puedes hacer el ejercicio mental de preguntar, tratando de usar su perspectiva. No es tan difícil como suena y es sorprendentemente efectivo.

Hay quienes lo llaman “La mesa directiva personal”, si lo hacemos estamos escuchando los consejos que en el futuro nos gustaría haber recibido. Si lo haces tú solo, si te pones en los zapatos de otras personas y analizas tus propias acciones obtendrás diferentes perspectivas.

Por supuesto puedes hacerlo en la vida real, puedes pedir consejo a varias personas, o, mejor aún, buscarte un mentor que te ayude no solo en una decisión en particular si no en un plan de vida. Yo tengo un gran amigo quien es mi mentor en temas profesionales, también tengo una buena amiga quien es mi Sensei digital, y además tengo a mi esposa, quien es mi consejera en temas personales… aunque es un poco como jugar con el árbitro en tu equipo (perdón por la analogía futbolística).

Y obviamente puedes combinar hablar con personas reales con el que tú hagas el ejercicio mental de pensar “¿Qué me diría determinada persona sobre este asunto?”. Lo importante es no ponernos de necios y empecinarnos a una decisión sin analizar opciones y consecuencias.



3. Volver al futuro. Después de hablar, real o imaginariamente, con diferentes personas, tendrás diferentes perspectivas, idealmente muy útiles y reveladoras. Pero ¿y qué piensas tú?, específicamente, ¿Qué pensaras tú dentro de 5 o 10 años? ¿Te imaginas la maravilla que sería regresar en el tiempo, pararte frente a ti mismo y darte unos cuantos consejos?:

· ¡Ahorra!, no gastes tanto en tonterías

· Realmente no necesitamos tantos postres ¿eh?

· Acepta ese trabajo, se lo que te digo, te conviene

· Los beepers si van a ser obsoletos

· Créeme, la gordita del salón se va a poner realmente guapa

Pero, desafortunadamente, eso no creo que vaya a pasar, pero, pensemos que la escena es al revés, tu yo del futuro viene a hablar contigo (¡Rayos! Y tu comiendo hamburguesas con una cerveza) Por supuesto no puedes saber que va a pasar, pero puedes hacer tu mejor esfuerzo por tratar de adelantarte. Si tienes metas claras, sabes lo que necesitas, entonces no es tan difícil. Estoy seguro que si regresaras el tiempo, no tendrías que revelarte los secretos del universo, normalmente mejores decisiones son lógicas, pero requieren de sacrificio. Lo mismo, HOY una meta clara, un plan y fuerza voluntad te pueden preparar para un mejor futuro. Y entonces, el hubiera, realmente no importará.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Motivación, fuerza de voluntad y una cucharada de miel.


-          “¡Es que el profesor no me motiva!”
-          “Buscamos un ejecutivo auto motivado capaz de trabajar bajo presión”
-          “10 Tips para disparar tu motivación,  consejos de tu deportista, empresario, artista o celebridad favorita” (o 20 consejos o 15 frases o listado de 100 cosas para motivarte).

Lograr cambios consientes en la vida y alcanzar grandes cosas no es fácil, hay que luchar contra adversidades de todo tipo. Desde falta de dinero y/o tiempo hasta la más grande y común de las barreras: uno mismo.
Un requisito popular para las personas con grandes metas es una sobredosis de motivación.  Algo así como convertir nuestro “yo interno” en una especie de gorila que se golpea el pecho y nos catapulta fuera de la cama directo a las actividades que nos darán lo que buscamos.

Mi hijo juega Futbol Americano infantil. Antes de cada juego las mamás dan su bendición a los chicos metidos en sus cascos, hombreras y demás aditamentos; los papás les damos palmadas y palabras de aliento (al menos esos creemos), los coaches les dan una inyección de aliento a punta de gritos: “¿Quién va a ganar? - ¡Nosotros Coach!” y, además de todo este rito semanal, a varios de los chicos les damos una cucharada de miel antes de entrar al campo. ¿Y qué crees?, del otro lado del campo, el equipo contrario, hace exactamente lo mismo. Hasta cantamos las mismas porras cambiando solo el nombre de cada equipo (parece que todos vamos a comprar porras a la misma tienda).

Hecho: la motivación está mal conceptualizada, casi al grado de estar sobre valuada.

En el ejemplo de mi hijo y sus compañeros del Futbol Americano, todos ellos entrenan 5 días por semana por algo más de 2 horas, literalmente, llueva, truene o relampaguee. ¿Cómo lo logran?  ¿Por la cucharada de miel? ¿Por los gritos de padres y entrenadores? Seguro que no. La respuesta es que los chicos que llevan esta disciplina de manera exitosa cuentan con un buen balance entre motivación, fuerza de voluntad y hábitos.
Como muchas cosas en la vida lo difícil es encontrar el balance adecuado para cada uno de nosotros.
A diferencia de la motivación, la fuerza de voluntad es un proceso menos visceral y más consciente. La fuerza de voluntad es lo que hace que mucha gente vaya día tras día tras día a un trabajo que lo le gusta pero le permite dar sustento para él y su familia. Este es un ejemplo de una actividad realizada a base de fuerza de voluntad cuando la motivación es cero. Cero por decir algo, la desmotivación es una piedra muy difícil de cargar.

Ahora imagina esta escena: vas caminando por la calle y a alguien se le escapa su perro el cual decide que esa mañana tu trasero puede ser un buen desayuno de campeones.

¿Qué haces?

¡Corres con todas tus fuerzas!

¿Qué proceso analítico tuviste que hacer? ¿Pensaste en las implicaciones de la mordida en tu sex-appeal? ¿Pensaste en leer la póliza de tu seguro para ver su cubría trasero masticado por can? ¡No, no lo creo! Tenías un gran motivador para correr, literalmente, salvar tu trasero. Un ejemplo de motivación, no muy agradable, sin necesidad de fuerza de voluntad (más bien corres contra tu voluntad ¿no?).

Hablemos de hábitos para entonces poner todo junto. Fumar puede ser catalogado de diversas maneras pero ciertamente es para muchos un hábito. Lo hacen todos los días, sin mayor esfuerzo y sin pensar. Casi cualquier adulto informado reconocerá que es un hábito muy dañino. Sin meternos en la química del fumar y la adicción que conlleva, para el fumador es extremadamente fácil hacer lo mismo todos los días. Los hábitos permiten al cerebro realizar fácilmente una actividad sin desperdiciar mucha energía, de una manera eficiente.

Los deportistas de alto nivel tienen el hábito del entrenamiento. No luchan cada mañana contra el despertador. Simple y sencillamente siguen su rito de levantarse, vestirse, prepararse, desplazarse al gimnasio, cancha, pista o lo que sea, y empezar su rutina de ejercicio y entrenamiento. Si bien pueden ayudarse con una bebida energizante, escuchar esa canción que hace que su alma se inspire o tomar esa cucharada de miel, lo que realmente los saca de la cama es un hábito formado inicialmente a base de fuerza de voluntad.

Entonces ¿cuál es la fórmula o receta? Como en todo lo que tiene que ver con conducta, no hay nada exacto, lo importante es un balance entre motivación y fuerza de voluntad apoyado e impulsado por un hábito.



Desarrollar un hábito es como desarrollar un musculo, el ejercicio constante nos da la fuerza para hacer muchas cosas. Un hábito nos hace realizar una actividad de manera más fácil. SI estás muy motivado deberás podrás realizar una actividad en particular con facilidad pero depender de eso implica asumir que SIEMPRE estarás motivado, de humor, con energía. La fuerza de voluntad te puede hacer llevar a cabo una tarea aun con falta de motivación, con cansancio, sin ganas, etc.
No, la clave del éxito no es moverte como Zombi de la serie The Walking Dead, como dije, la clave es el balance.

¿Necesitamos motivación? ¡Claro que sí! Mucho se dice de este tema, si combinas motivación con fuerza de voluntad, cualquier método de motivación puede funcionarte, cada quien funciona de manera diferente. ¿Un consejo? En mi opinión, la mejor motivación viene de tus mismas metas, o ¿acaso necesitas motivación para cumplir tus grandes anhelos? Por eso la fijación de metas es tan importante. Está en el medio y está en el principio y está en el fin. No es principio Zen (que yo sepa) analízalo de un modo objetivo y lo veras.
Podemos compartir ideas y diversas fuentes de motivación. Si las sabemos usar será útil y entretenido. Al final de cuentas, si no es así, ¿Qué sentido tendría todo, no?